Partiendo de la coqueta localidad de Alvor pedaleamos en dirección al puerto de Lagos y a Rasmalho e iniciamos un paseo que nos lleva al punto más alto del Algarve. Antes de alcanzar el alto de Fóia, nos dejamos seducir por el paisaje que nos promete, además, unas incomparables vistas una vez que hayamos completado sus 18 km de subida y alcanzado los 900 metros de altitud. Nos embarga la sensación de haber cumplido una misión y ello, nos ayuda a enfrentarnos al esfuerzo de emprender el descenso por la cara norte hasta la entrada en Mochique, proseguimos por una sinuosa carretera llena de subidas y bajadas con las que rodeamos Fóia. Las curvas y humedad nos hacen echar mano de nuestra pericia hasta llegar a Casais y seguir bajando hasta la meta en Monchique.
Partiendo de la coqueta localidad de Alvor pedaleamos en dirección al puerto de Lagos y a Rasmalho e iniciamos un paseo que nos lleva al punto más alto del Algarve. Antes de alcanzar el alto de Fóia, nos dejamos seducir por el paisaje que nos promete, además, unas incomparables vistas una vez que hayamos completado sus 18 km de subida y alcanzado los 900 metros de altitud. Nos embarga la sensación de haber cumplido una misión y ello, nos ayuda a enfrentarnos al esfuerzo de emprender el descenso por la cara norte hasta la entrada en Mochique, proseguimos por una sinuosa carretera llena de subidas y bajadas con las que rodeamos Fóia. Las curvas y humedad nos hacen echar mano de nuestra pericia hasta llegar a Casais y seguir bajando hasta la meta en Monchique.