En el tranquilo pueblo de Santa Clara-a-Velha, se puede vivir la pureza del místico Alentejo y es esto lo que da nombre a la Presa, el gran lago inesperado en la inmensa cordillera del vasto municipio de Odemira. El pueblo de Saboia, la estación de tren, la presencia constante del agua y las vistas abiertas sobre un Alentejo montañoso añaden aún más brillo a un recorrido perfecto para toda la familia, que consta de dos rutas circulares, que combinadas suman un total de 23 km.
En el tranquilo pueblo de Santa Clara-a-Velha, se puede vivir la pureza del místico Alentejo y es esto lo que da nombre a la Presa, el gran lago inesperado en la inmensa cordillera del vasto municipio de Odemira. El pueblo de Saboia, la estación de tren, la presencia constante del agua y las vistas abiertas sobre un Alentejo montañoso añaden aún más brillo a un recorrido perfecto para toda la familia, que consta de dos rutas circulares, que combinadas suman un total de 23 km.